Más de un siglo al servicio de la cultura y la identidad valenciana
La Real Academia de Cultura Valenciana fue fundada en 1915 por la Excma. Diputación Provincial de Valencia, con la denominación de “Centro de Cultura Valenciana”. Su finalidad era promover investigaciones, los valores culturales del pueblo valenciano y formar un archivo y una biblioteca sobre temas específicamente de este ámbito.
Durante sus más de cien años de existencia, la Real Academia de Cultura Valenciana ha cumplido sus fines bajo los auspicios tanto de la Diputación Provincial como del Ayuntamiento de Valencia, que en 1917 cedió para su domicilio social el Salón del Consulado del Mar de la Lonja de la Seda.
En la actualidad está configurada como una corporación de derecho público, según el DECRETO 91/2015, de 12 de junio, del Consell, por el que se regula la creación de las academias científicas, culturales y artísticas de la Comunitat Valenciana y su registro. [2015/5730] (DOCV núm. 7550 de 17.06.2015)
El Excmo. señor Presidente de la Diputación Provincial y el Alcalde de la Ciudad de Valencia son el Presidente y Vicepresidente de Honor de la Real Academia de Cultura Valenciana; Académicos Numerarios natos de esta, tienen siempre voz y voto y podrán intervenir en la elección de sus Académicos.
Del Centro de Cultura Valenciana a una institución consolidada
Hasta 1978, el Estado Español estaba caracterizado por una organización centralista, siguiendo la tradición iniciada en 1700 con la instauración de la dinastía de los Borbones, en un modelo absolutista imperante en la mayor parte de los Estados europeos.
En el siglo XIX se consolidó este proceso centralizador, con la Revolución Francesa, imponiéndose el proyecto de Estado-nación. En España este concepto de Estado-nación continuó todo el siglo XIX en el desarrollo del Estado Liberal.
No obstante, aparece un movimiento fundamentalmente cultural y literario en un principio, que tiene como característica principal la recuperación de la identidad propia, hecho que se produce en aquellas nacionalidades que disponen de idioma autóctono diferente al castellano o español. En este sentido, los valencianos son los primeros dentro del Estado Español en iniciar este proceso de autoafirmación cultural e incluso política que comienza en tierras valencianas en el siglo XIX, conocido con el nombre de Renaixença, que en sus orígenes tenía su centro neurálgico en la centenaria asociación Lo Rat Penat.
La Real Academia de Cultura Valenciana es una fundación pública de la Diputación Provincial de Valencia. Su origen hemos de buscarlo en 1915, cuando esta corporación provincial pensó en crear una entidad que trabajara y estudiara la lengua y la cultura propias de los valencianos y es consecuencia lógica de la consolidación de la Renaixença Valenciana.
Adaptación institucional y diversificación temática
Fue el 15 de enero de 1915 cuando, de la mano del entonces Presidente de la Diputación de Valencia, José Martínez Aloy, y del diputado Juan Pérez Lucia, se fundó lo que en aquel tiempo recibió la denominación de Centro de Cultura Valenciana.–
Pese a su origen en la Diputación de Valencia, el Ayuntamiento de la ciudad de Valencia pronto se sumó a este proyecto, respaldando a la nueva entidad cultural creada. De este modo, y ya en 1917, la corporación municipal colaboró con la cesión, como sede social, del Salón del Consulado del Mar de la Lonja de la Seda de Valencia, joya única del gótico civil valenciano y edificio declarado Patrimonio de la Humanidad. En este salón se celebran en la actualidad los actos más solemnes de la entidad académica, rodeados por la sobriedad de un entorno cargado de historia.
Hubo que estructurar la entidad recién creada, dotándola de una estructura que le permitiera empezar a funcionar. De este modo, inicialmente había solo seis miembros que tenían independencia de cualquier otra entidad. También, y debido a ese origen público, hay representación de las dos entidades públicas que daban soporte institucional y económico al Centro, como la Diputación y el Ayuntamiento, de manera que a los seis miembros de hecho se sumaban dos diputados y dos concejales, además de los cronistas tanto de la provincia como del Ayuntamiento de Valencia.
A lo largo de los años el Centro experimentó diversas reestructuraciones internas. Así, en 1922 aumentó el número de Directores, apelativo que identificaba a los integrantes de la entidad, quedando de esta manera:
- 12 fundacionales
- 9 honoris causa
- 20 dignitate muneris
- 12 Consiliarios de Historia
- 121 Consiliarios de Literatura
- 12 Consiliarios de Arte
- 11 Consiliarios Oficiales
- 40 Corresponsales en Valencia
- 150 Corresponsales fuera de Valencia
Sin embargo, en 1926 hubo cambios, quedando configurado en 35 el número de Directores de número, los Correspondientes en 100 y los Honorarios en 50 como máximo, mientras desaparecían los honoris causa así como los correspondientes de la ciudad de Valencia, que pasarían a ser numerarios, para lo cual deberían leer un discurso de ingreso para poder incorporarse al Centro.
La estructura interna quedó configurada mediante las siguientes secciones:
- Lengua y Literatura
- Etnografía y Folclore
- Historia y Arqueología
- Prehistoria y Antropología
Estas secciones serían la base del trabajo de investigación del Centro, y estaban dirigidas por un Director de Número; también se podían nombrar agregados colaboradores que serían coordinados por aquel para la realización de los diversos trabajos.
Al terminar la Guerra Civil (1936–1939) se añadieron las siguientes secciones:
- Ciencias Naturales
- Geografía del Reino de Valencia
- Filología Valenciana
Y en 1951, 1955 y 1959 respectivamente:
- Conferencia Club
- Cronistas del Reino de Valencia
- Protectores de las Cruces y de los Ermitorios del Reino de Valencia
Se dio la particularidad de que los Cronistas pasaban automáticamente a ser considerados Directores Correspondientes por sus respectivas poblaciones, vinculados al cargo, por lo cual el Centro se vinculaba a la mayoría de las poblaciones del territorio valenciano.
De este modo, pasada la mitad del siglo XX, el Centro de Cultura Valenciana se presentaba como centro valenciano de investigación en diversas áreas y con un prestigio reconocido:
- Lengua y Literatura
- Etnografía y Folclore
- Historia y Arqueología
- Prehistoria y Antropología
- Ciencias Naturales
- Geografía del Reino de Valencia
- Filología Valenciana
- Conferencia Club
- Cronistas del Reino de Valencia
- Protectores de las Cruces y de los Ermitorios del Reino de Valencia
Aunque los trabajos del Centro tenían una demarcación territorial e intelectual muy concreta, siempre vinculados a la lengua y a la cultura valencianas, fue intención de sus responsables la interrelación con otros organismos estatales que le dieran otra dimensión y reconocimiento fuera del territorio valenciano.
Así, en 1946 ingresó en el Patronato “José María Quadrado”, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.). Este Patronato se transformó posteriormente, convirtiéndose en la actual Confederación Española de Centros de Estudios Locales (C.E.C.E.L.).
Finalmente, en 1962, una vez modificados sus Estatutos, el número de Directores Numerarios aumentó a 46.
Nacimiento de las Normas del Puig y reconocimiento oficial
El funcionamiento y las actividades del Centro iban aumentando y su prestigio también, lo cual provocó o facilitó que se adoptara otra denominación que recogiera mejor la esencia y el espíritu que había tomado la entidad. De este modo, en 1978 pasó a denominarse Academia de Cultura Valenciana, por acuerdo de una Junta General Extraordinaria que se celebró para dicho cambio, con la preceptiva aprobación de la Diputación Provincial de Valencia que, por ser la fundadora de la entidad científica y académica, debe dar el visto bueno a cualquier modificación estatutaria.
Esta nueva configuración académica hizo que se produjera otra reestructuración, con la creación de nuevas secciones y la eliminación de otras.
En 1986, y siguiendo con el espíritu de promoción y de interrelación externa, la Academia fue aceptada dentro del Instituto de España como Academia asociada, junto con otras academias de España.
Presencia pública, reconocimiento y conmemoración
En 1991 se vio cumplida otra aspiración que los responsables de la Academia tenían en mente. Ese año Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I le concedió el título de Real, de manera que a partir de ese momento, esta entidad que fue fundada por la Diputación Provincial de Valencia para el estudio de la lengua y de la cultura valencianas, era reconocida y bautizada con el nombre de Real Academia de Cultura Valenciana, constando así en el actual directorio del Instituto de España antes referido.
La Real Academia de Cultura Valenciana dictaminó, en 1981, ante la ausencia de un modelo ortográfico oficial que normativizara la lengua valenciana, unas normas conocidas que recuperaban el espíritu de las bases normativas de 1914, en las que se escribió la Gramática Elemental de la Lengua Valenciana de Lluís Fullana, editada por esta misma institución en 1915. Son conocidas popularmente con el apelativo de “Normas de El Puig”, debido a que en 1981 recibieron la firma y adhesión de numerosas entidades e intelectuales en un acto público multitudinario en el Monasterio de El Puig.
Estas normas tuvieron un reconocimiento oficial, al publicarse con ellas en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana la primera edición del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, y ser usadas por la propia Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana para la enseñanza del valenciano.
Estos trabajos de investigación en torno a la lengua valenciana hicieron que la entidad científica pasara a convertirse en una entidad con arraigo popular por su defensa y recuperación de la auténtica cultura valenciana, frente a los continuos intentos de anexión lingüística y cultural por parte de quienes consideraban la cultura y la lengua valencianas como parte de la cultura y la lengua catalanas.
A día de hoy la RACV tiene reconocimiento oficial y recibe subvenciones de las instituciones públicas, como el Ayuntamiento de Valencia, la Diputación de Valencia y la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. Además, tiene convenios de colaboración con otras entidades, como la Universidad Cardenal Herrera – CEU San Pablo de Valencia, la Universitat Politècnica de València y la Escuela Internacional de Protocolo de Valencia.
Cultura, investigación e identidad valenciana
Actualmente, la RACV mantiene viva su función como corporación de derecho público con actividades de investigación, divulgación y publicación científica y cultural. Dispone de una biblioteca de referencia, organiza congresos, edita revistas y trabaja a través de secciones especializadas en ámbitos como arqueología, historia, lengua, arte, música, ciencias y derecho.
